Papa Francisco vive la Pascua 2025 «como puede» y visita una prisión en Roma
Pascua, fe y cercanía con los más olvidados
“Vivo esta Pascua como puedo”, expresó el papa Francisco este Jueves Santo, mientras continúa recuperándose de una neumonía que lo tuvo hospitalizado. A pesar de su frágil estado de salud, el pontífice de 88 años realizó una emotiva visita a la prisión de Regina Coeli en Roma, uno de los centros penitenciarios más antiguos y simbólicos de Italia.
Desde su tradicional Fiat 500 y con la voz débil, el Papa respondió brevemente a los periodistas que le preguntaron cómo vivía esta Semana Santa: “La vivo como puedo”. Francisco se ha caracterizado por mantener contacto directo con los más vulnerables, y esta vez no fue la excepción.
Al llegar al penal, comentó: “Cada vez que entro a estos lugares, me pregunto: ¿por qué ellos y no yo?”, reflejando su profunda empatía hacia los reclusos. Aunque los médicos le recomendaron dos meses de reposo absoluto, no quiso dejar pasar la oportunidad de compartir un momento con los internos.
En silla de ruedas y sin el oxígeno que lo había acompañado en días pasados, el Papa fue recibido entre aplausos y gritos de bienvenida por cerca de 70 reos de distintas nacionalidades. Uno a uno lo saludaron, le entregaron cartas, regalos y peticiones de oración. Las imágenes difundidas por el Vaticano mostraron un ambiente cálido y profundamente humano.
Este año, debido a su estado de salud, no realizó el tradicional lavatorio de pies, rito que simboliza el gesto de humildad que Cristo tuvo con sus discípulos. “No puedo hacerlo físicamente, pero quiero estar cerca de ustedes. Rezo por ustedes y por sus familias”, expresó el Papa con emoción.
Desde que asumió el pontificado en 2013, Francisco ha optado por realizar este rito fuera del Vaticano, en lugares que simbolicen sufrimiento o exclusión: cárceles, centros juveniles, hospitales o albergues. En la tradición cristiana, el Jueves Santo recuerda la Última Cena, uno de los momentos más importantes de la Semana Santa.
El papa regresó al Vaticano el 23 de marzo tras una hospitalización de 38 días. Aunque su salud mejora, sigue siendo frágil. Por ello, no presidirá la Vigilia Pascual ni la Misa del Domingo de Resurrección, que serán oficiadas por cardenales delegados.
La figura del papa Francisco sigue siendo testimonio de cercanía y compromiso con los más necesitados, incluso en los momentos en que su salud lo limita. Su visita a Regina Coeli reafirma su mensaje: vivir la fe es, ante todo, estar con los demás, especialmente con quienes más lo necesitan.